¿Y qué ocurre cuando bajamos al ámbito local? La democracia, que debiera resultar más manejable, cercana, menos anquilosada a nivel municipal porque los dirigentes políticos conviven con nosotros y deberían estar más próximos a nuestras inquietudes y problemas, tienden a encastillarse y reproducir los mecanismos excluyentes de sus "hermanos mayores". Cierto es que los puedes abordar en la calle, concertar una cita en sus despachos, hasta solucionar un problema particular, pero lo cierto es que, en general, son reacios a ofrecer mecanismos de participación, a ofertar espacios de propuestas y de opinión, a establecer modos de escrutar lo que piensan, quieren y piden los ciudadanos. Se alejan de ellos en vez de fomentar asambleas, prefieren controlar el asociacionismo vecinal antes que estimularlo, no establecen reuniones periódicas para conocer más al detalle las situaciones. También, pues, en ese ámbito local hay una democracia reduccionista, y el peso de sus ciudadanos tiene poco margen más allá de introducir la papeleta.
Y cuando se escudriñan espacios sociales aptos para las aportaciones, la reflexión y la crítica, los furibundos demócratas de pacotilla tardan poco en tratar de boicotearlos. En Daimiel, ya lo conocéis, dificultando que nuevos usuarios puedan acceder a estos lugares comunes porque si no los conoces previamente será imposible encontrarlos.
No se conforman con no abrir el abanico de opciones posibles sino que, además, prefieren desestabilizar y censurar los existentes. ¿Qué formas de participación han sido capaces de habilitar en sus muchos años de gobierno municipal?, ¿qué espacios en ese tiempo han abierto salvo los que ahora acaban de boicotear alejándolos del portal municipal?, ¿que democracia han universalizado estableciendo los mecanismos oportunos que nos hagan sentir partícipes activos de la gestión? Sólo se arrogan el voto, la representación y dicen frases tan ampulosas y retorcidas como que los daimieleños les han dado su confianza para gobernar. ¿Alguien cree que se les ha dado el voto mayoritario para que nos censuren, para que anulen los únicos espacios de que disponemos, para que utilicen su poder con el fin de acallar las críticas y las propuestas? Pobre concepto de democracia tenemos si aceptamos ese comportamiento como democrático y nos quedamos impasibles ante ese atentado a la libertad de expresarnos como ciudadanos de Daimiel. La memocracia y la miedocracia no pueden impedir que esto siga sucediendo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario